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Arquitectos: Taller Sintesis
- Área: 4093 m²
- Año: 2020
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Fotografías:Isaac Ramírez, Anderson Serna, Daniel Bernal
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Proveedores: Argos, Calypso proyectos, Casa Medina, Cubiertec, Estaco, Pisos Alfa, PrefaUraba
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El Colegio 29 de noviembre es una institución educativa construida en el año de 2010 en el corregimiento de Nueva Colonia, en Turbo, Colombia. Una de las pocas infraestructuras públicas de un poblado con altos índices de pobreza, y deficiencias a todo nivel en servicios públicos, vías, viviendas, etc.
Lastimosamente al momento de su construcción la edificación del Colegio 29 de noviembre desconoció las condiciones propias del lugar donde se iba a edificar, un lugar cuya temperatura promedio es de 29°C, con una humedad de más del 80% y una fuerte pluviosidad. El colegio carecía entonces de lógica en su implantación lo que generaba problemas como aulas demasiado calientes y oscuras, ya que eran espacios que se cerraban al exterior negando la posibilidad de una ventilación cruzada; o cubiertas sin aleros que además de generar goteras e inundaciones por la retención de aguas en la cubierta con muro ático, no protegían los muros del fuerte sol de la zona, lo que calentaba aún más los espacios interiores.
Además, e igual de importante, se desaprovechó la oportunidad de construir no solo aulas de clase, si no espacios que permitieran dotar al edificio de usos para toda la comunidad, por ejemplo, el patio central que conformaba la edificación, era un área pantanosa que no permitía el juego y en el que moraban animales como serpientes y búfalos que ponían en peligro a los estudiantes.
En el año de 2018, y trabajando para la fundación Fundafrut, adelantamos la propuesta para intervenir el edificio existente, mejorando las condiciones en las que estudiaban los niños, además de ampliar las instalaciones existentes. Para ello partimos de tres premisas:
- Adaptar el edificio existente a las condiciones climáticas de la zona: para ello se ha extendido la cubierta existente generando aleros de más de tres metros que den sombra a las fachadas y corredores, se han abierto las fachadas con calados y cerramientos permeables para generar ventilación cruzada e iluminar naturalmente los espacios, y se ha nivelado el patio central para conducir las aguas, creando así el espacio para ubicar una cancha y juegos infantiles.
- Reconciliar la escala del edificio con la escala de los niños: Se amplían las ventanas altas existentes, las cuales no les permitían a los niños ni siquiera ver a los demás, pasando así de un espacio cerrado a uno que promueve ver al otro, la transparencia, y que permite entenderse como parte de una comunidad educativa. Se generan además bancas y nichos para estar y compartir.
- Generar una serie de nuevos espacios con un programa más público y diverso, abierto al uso de la comunidad. Somos conscientes de que en un lugar como este, donde la intervención estatal es efímera o inexistente, el proyecto debe tener una responsabilidad social mayor, por esto diseñamos una infraestructura que usa sus espacios para cumplir otras funciones además de las que están planeadas desde el principio. La intervención dotó al colegio de espacios nuevos de acceso, baños adecuados, cocina, comedor y talleres, ambientes nuevos que se pensaron en una estrecha relación con el corregimiento, de manera que puedan ser usados no solo por los estudiantes sino por el resto de la comunidad. Estos espacios nuevos, rodean una plazoleta de acceso que se usa como excusa para brindarle el primer espacio público de cualquier tipo a Nueva Colonia.
El proyecto logro resolver no solo los problemas constructivos y de planteamiento del edificio antiguo, si no que motivó que los alumnos usaran con mayor intensidad las instalaciones del Colegio 29 de noviembre, lo que a su vez logro generar nuevas dinámicas en el lugar, en las que se abrieron cursos adicionales para las horas extra clase a los niños querer permanecer en el colegio más tiempo del horario de clases, lo que a su vez obligó a programar actividades extracurriculares para los padres de familia, y personas ajenas al colegio, quienes con curiosidad visitaban al mismo para ver por qué los niños no se querían ir de él.
